La capacidad de rehabilitación (Parte I)
Hace poco tuvimos una Teletón especial por Chile. Generalmente, han sido destinadas a brindar ayuda a niños discapacitados, pero si analizamos bien, la que tuvimos con ocasión del terremoto, también tuvo un carácter similar, en cuanto a solidaridad y apoyo al que quedó en una situación de discapacidad frente a la catástrofe. Alguna vez, alguien me entregó una oración-poema , que llevaba por nombre “Mi discapacidad”. No voy a transcribirlo completo, porque sería largo, pero si quisiera compartir ciertas ideas y mi apreciación sobre como enfrentar nuestras propias discapacidades o el ser minusválidos, entendiendo éstas, las de una persona que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas o se encuentra en situación de minusvalidez por lesión congénita o adquirida, para ciertos trabajos, movimientos, deportes, según la definición de la Real Academia de la Lengua. Sólo agregaría la discapacidad en cuanto a lo emocional y espiritual.
Parte el poema diciendo: Yo también tengo una discapacidad... vale decir, el primer paso de nuestra rehabilitación es el reconocer que tenemos discapacidades. La palabra idoneidad es sinónimo de capacidad. Si reconozco mis limitaciones, como también mis talentos, que no todo lo puedo, hago, ni menos resuelvo bien por mí mismo...si no soy sabio en mi propia opinión...Si comprendo que Dios se fortalece en mis debilidades...si sé que no soy perfecto, pero que Dios hace la obra en mí...he dado un paso...es doloroso, pero hemos avanzado.
Discapacidad de amar Si vivo y no sólo hablo del amor al prójimo, considerando lo difícil que puede ser si éste es incluso mi enemigo, contrincante, adversario...Si aprendo a ponerme en el lugar del otro, si no sólo veo la paja en ojo ajeno...si respondo con blanda respuesta, para quitar la ira, si permanezco fiel (atributo del amor), a pesar de las turbulencias de mis circunstancias, mi testimonio será de amor no sólo a los míos, sino a todos. Si soy capaz de interesarme por otra persona, no por buscar nuevas amistades, una relación sentimental, un provecho propio... Romanos 13:10 dice: El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
Discapacidad de raciocinio o de pensar Es muy distinto ser recolector de sabiduría, a serlo de conocimiento. Puedo conocer y recopilar poca o mucha información, como la use, me hará sabio o necio. Si soy sabio, muchas veces tendré que postergar o renunciar a ciertas cosas, privilegios, regalías, otros...renunciar a que tengo la razón, aceptar que me puedo equivocar o que puede haber una idea mejor. Pensar en un nosotros, pensar en los demás, más que en un yo mismo. Compartir y enseñar lo aprendido. Salomón, fue un rey que pidió a Dios sabiduría para reinar y que en momentos de su vida no la usó...él nos habla, que el principio de la sabiduría, es el temor de Dios, en el sentido de un amor y reverencia ante el Creador, ojo...no es terror a Dios... Job 12:13 nos comenta que: Con Dios está la sabiduría y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia.
Discapacidad de comunicación: Diálogo no es lo mismo que monólogo...Se dice que hay gente a la que le gusta escucharse... que no les importa si otros están o no de acuerdo...sólo lo suyo es lo que vale, lo de los demás son temas menores...pero eso que llamamos menor, puede llegar a ser un conflicto, si no aprendo a escuchar, a compreder lo que me dicen... No alimentemos a la frustración, enojo, desaliento, indiferencia. Pongo un Ej: Si yo le pido algo a Dios e insisto e insisto, pero nunca callo para oír su respuesta...puedo pasar la vida hablando solo...si yo no soy capaz de comprender que otros también sufren, tienen problemas o necesidades y que tal vez sean más complejos o iguales al mío...si no escucho al dolor...al amor, al consejo, a la amistad...La importancia no está dada por la magnitud de mi problema, ni por la edad que tengo (un niño sufre en su escala, por un problema que para un adulto es algo simple...pero para el niño, es lo más difícil que le ha tocado enfrentar en su corta vida).Si menospreciamos...no escuchamos a otros...cuidado...tarde o temprano...tampoco querrán escucharnos...Un principio en la comunicación es la retroalimentación , vale decir, que ambos lados puedan hablar y escuchar, no importa cuanto ruido o interferencia pueda haber. En una época de tanta tecnología en cuanto a comunicaciones...que duro e irónico es pensar, que tal vez estemos cada día más sordos...pero que alivio es saber que Dios escucha nuestra oración...(Continuará)
Adjunto un hermoso Cortometraje llamado "El Circo de las Mariposas"...que nos habla que Dios no nos da la espalda...y que Él nos capacita...